Comenzó a estudiar al PRO cuando el kirchnerismo reinaba y parecÃa eterno. Coautor de "Mundo PRO", el único libro que se escribió sobre el actual oficialismo en la vÃspera del triunfo presidencial de Mauricio Macri, Gabriel Vommaro acaba de publicar ahora "La larga marcha de Cambiemos, la construcción silenciosa de un proyecto de poder", un trabajo clave sobre la gestión del gobierno que acaba de ser plebiscitado en las elecciones de octubre. "Macri es un lÃder polÃtico de una centroderecha posideólogica con un proyecto de poder de largo plazo. Su ajenidad con la cultura polÃtica establecida desubica a todos", afirma. Vommaro narra la tarea evangelizadora del macrismo para que los CEOs den el salto a la polÃtica y destaca el rol subordinado de los polÃticos en la alianza oficialista. Además, se refiere a la relación desprejuiciada del gobierno con el peronismo y la mitologÃa peronista.
¿Cómo se explica la consolidación de Cambiemos en estas elecciones?
Hay algunos elementos clave. Es un espacio no peronista-antikirchnerista, que hoy es expresión de los sectores sociales ligados al agro y las clases medias y medias altas urbanas. Son los sectores más enojados con el kirchnerismo tardÃo, post 2008 y post 2011. Las primeras medidas del gobierno, de hecho, tienen que ver con estos sectores: el dólar y las retenciones. Y el tercer vector, que es el más nuevo, tiene que ver con el modo inteligente en que Cambiemos empezó a hacer polÃtica con la obra pública para llegar a sectores trabajadores, de clases medias bajas, que no fueron afectados especialmente por la devaluación y el ajuste gradual, que tenÃan acumulados déficit de infraestructura grandes y ven una especie de reparación de esa deuda histórica.
¿A qué tipo de obra pública se refiere?
Es una continuidad de lo que hizo el PRO en la ciudad, una obra pública que invita a una relación más amigable con el entorno cotidiano y con la experiencia de la ciudad más estética. No sólo el Metrobus, que te hace ganar 20 minutos en cada viaje y es emblemático. Que se mejoren las cosas en términos de apariencia parece funcionar en sectores que la miraban de afuera: el arreglo de plazas, de calles, de edificios públicos, de estaciones, que hace a la experiencia muy cotidiana y visible de las personas. El gobierno sabe hacer su marca en la obra pública.
Para muchos primero Macri llegó de casualidad y ahora sorprendió a todos en estas elecciones. ¿Qué proceso social y polÃtico no se advirtió en todo este tiempo?
Primero, esas insatisfacciones acumuladas -voluntarias e involuntarias- que habÃa producido el kirchnerismo tardÃo. Después, el equilibrio muy virtuoso de mantener el control de las decisiones y las estrategias en un grupo muy pequeño -son más o menos los mismos hace muchos años- y seguir incorporando cuadros polÃticos de partidos mayoritarios y electorados nuevos. Sin perder esa orientación de largo plazo y esa imagen de Cambiemos, de tipos que están siempre llegando a la polÃtica desde el mundo privado. Macri ya tiene 15 o 16 años como actor polÃtico pleno, sin contar Boca, sin embargo sigue apareciendo como lo nuevo. Y otro rasgo: aunque uno puede percibir discursos de laboratorio, casi calcados, no tienen miedo de mostrar los hilos de la elaboración. Lo de Durán Barba en el escenario es impresionante realmente.
¿Cómo definirÃa a Macri?
Creo que es un lÃder un polÃtico que viene del mundo empresario. Hace 15 años que decidió ser un dirigente polÃtico. Es el lÃder que encarna esta centroderecha pos-ideológica, con un proyecto de poder de largo plazo que incluye a diversos sectores sociales. Sus convicciones Ãntimas a mi entender son menos relevantes. Tiene convicciones neoliberales duras, fue formado en los cursillos de la Ucedé de los años ‘80, pero entiende que es un lÃder de un partido complejo, con más sectores que forman parte de su construcción de poder. Lo notable es su ajenidad extrema con todas las formas de la cultura polÃtica establecida y de la cultura polÃtica del centro hacia la izquierda. Y que no se esfuerza ni se empeña en disfrazarse o aprender nada de eso. Menem era muy antipático para la cultura progresista pero podÃa anclar su biografÃa en la historia polÃtica argentina. Macri no lo hace ni lo quiere hacer, ni tiene una lectura para proponer. Eso genera una desubicación de todos los actores muy grande.
Eso que lo aleja de un sector social lo aproxima a otros.
Esa fue la gran visión que tuvieron Durán Barba y Marcos Peña en 2005. De que la ancha avenida por donde podÃa crecer PRO era la de los sectores menos politizados. Ahà Macri es un personaje simpático, ahà podemos ver los guiños de Macri con la cultura sino popular al menos masiva.
¿Cómo lo ve en relación al peronismo? Porque él se negó a la alianza con el peronismo no kirchnerista que le pedÃa el cÃrculo rojo.
Con una idea muy desprejuiciada y muy desmitificada del peronismo. Macri fue parte de los sectores que se acercaron mucho al peronismo menemista, con lo cual lo conoce desde adentro. No tiene lejanÃa ni tampoco mitologÃa con respecto a eso. Hay un convencimiento de él, y de ciertas élites sociales, de que terminar con el peronismo en un sentido mitológico era fundamental. El peronismo puede sobrevivir como fuerza polÃtica pero no como mito invencible, popular. Terminar con eso fue parte de esta larga marcha, vencerlo en su terreno, en los barrios en los que prima. Eso es fundamental para esta construcción polÃtica que parte un poco de no comprar las mitologÃas peronistas. Quizás el menemismo -haciendo un guiño pÃcaro a esas mitologÃas- y el kirchnerismo -sobredimensionándolas- fueron dos modos de bajarle un poco el precio a todo eso. El macrismo encarna bien la dimensión post-mitológica del peronismo.
Los polÃticos macristas
¿Coincide con los que dicen que hay una nueva derecha?
Si hay una lectura de la historia argentina, es en términos de no repetir ninguno de los clichés de la derecha. Si se puede hablar de nueva derecha tiene que ver con que es un centroderecha que entiende que no puede ser ni el 55, ni el 76, ni el 89. Hay una lectura de eso, si querés muy liviana, muy new age, muy pragmática, pero existe por parte de los que piensan la estrategia polÃtica del gobierno. "Somos un partido nuevo, del siglo XXI, no nos reconocemos en nada de ese pasado".
Cambiemos suele ser definido como el gobierno de CEOS por la oposición. Pero usted dice que los polÃticos están invisibilizados por el propio macrismo. ¿Por qué?
Es una mezcla, claramente. En la coalición dirigente, los empresarios o los que piensan la polÃtica con la cabeza de un gestor, tienen un lugar fundamental. Macri, Caputo, también RodrÃguez Larreta son actores del mundo privado o con muchos vÃnculos con ese mundo. Marcos Peña es un polÃtico sin duda, un gran polÃtico creo yo, como lo es Vidal, pero son polÃticos que nacieron en PRO. Son criaturas del PRO que entienden bien y trabajaron desde el principio por mantener ese núcleo identitario del PRO.
De la probeta del PRO.
Esa es la mesa chica. Frigerio es más un miembro de la elite polÃtica por su apellido y por su trayectoria. Los polÃticos como él y como Monzó no son los que priman, pero tienen un rol fundamental para conseguir votos y armar la trama de apoyos sociales de todo tipo, en el trabajo parlamentario, en la operación jurÃdica. Uno no puede entender la complejidad de la alianza Cambiemos, del armado de poder, si no pone adentro a los polÃticos. Lo llamativo es que están subordinados a esa mesa chica. Los peronistas como Santilli y los radicales como Angelici aceptan ese lugar subordinado en la toma de decisiones, pero no en el esquema de poder.
Es el reconocimiento de que los polÃticos no pueden conducir, después de 2001.
PRO y Cambiemos son el producto de ese convencimiento de sectores sociales de que ya no se podÃa contar con los partidos tradicionales como socios mayoritarios. De que el peronismo y el radicalismo, tarde o temprano, iban a flaquear en hacer lo que hay que hacer. Porque tenÃan un corazón populista que siempre latÃa debajo de todas las capas modernizadoras que uno quisiera ponerles. Es consistente esa idea de "nosotros conducimos", con no dejarle a los viejos polÃticos el destino del proyecto pro-mercado de este gobierno. Pro-mercado pero con una conciencia creciente de la importancia que tiene el Estado. Esto es fundamental. Parte del convencimiento a los CEOs para que se metieran en la actividad estatal-polÃtica tiene que ver con haberles mostrado que tomar el Estado es lo que permite verdaderas transformaciones sociales. Ya no alcanzaba con el voluntariado y las ONGs para producir cambios sociales.
En el libro, cuenta cómo Esteban Bullrich y otros predican en la necesidad de no ser testimoniales y defienden la vocación de poder. Es un cambio radical para la nueva derecha.
Es un cambio fundamental. De hecho López Murphy es el gran perdedor de esta historia larga. Fue muy importante para construir una fuerza de centroderecha en todo el paÃs. Recrear fue el partido nacional que el PRO no era. Quedó afuera porque su idea era más purista, más doctrinaria, y no congeniaba con un proyecto de poder más pragmático como era ya en ese momento el PRO. Eso implica aceptar que hay que convencer a la ciudadanÃa, hacer un trabajo pedagógico al ritmo de lo que los electores puedan comprender y acompañar.
¿Hay también un gradualismo polÃtico?
El gradualismo también es eso. Hay una gran plasticidad en eso porque si hay una pulsión hegemónica tiene que ver con ser capaces de absorber cosas de otras tradiciones polÃticas, si sirven al proyecto de gobierno. No hay una frontera rÃgida en términos programáticos. Todo lo que contribuye es bienvenido. Y hay una vocación de disputar en el terreno de los partidos tradicionales. Porque no se quedaron en Recoleta, donde ganan con resultados propios de feudo provincial. Lo de Ratazzi en González Catán es muy sintomático, va a La Matanza, se banca ser declarado persona no grata y critica a los que lo atacan. Es un multimillonario que está 10 horas fiscalizando. Hay una vocación de poder nueva, que en todo caso Ratazzi abraza tarde. Los CEOs, los que no son propietarios, son los que entran primero. En el libro, cuento cómo van las mujeres de la Fundación G25 a fiscalizar en La Matanza. No dejan ningún terreno sin disputar.
El salto a la polÃtica
¿Cómo se gesta el salto a la polÃtica de los managers y los CEOs?
Hay dos etapas. Primero, 2001, 2002, en la que ingresan los herederos, los que quizás provienen de familias polÃticas patricias, Bullrich es uno. Entran vÃa macrismo y vÃa lópezmurphismo. Y el otro gran momento es 2012/2013 a 2015, cuando el kirchnerismo tardÃo produce ese temor en las élites a que seamos Venezuela y un impulso a hacer algo y movilizarse antes de que sea demasiado tarde. Ese impulso es alimentado por el activismo de PRO dedicado especÃficamente a movilizar el mundo de los negocios. Yo estudio una fundación, G25, que tiene un rol fundamental en esto, creada por Bullrich y por Dietrich, que habÃan sido CEOs, para traer a sus pares y que sus pares sigan su camino.
¿Cómo lo lograron?
Con un dispositivo muy adaptado a esos grupos desconfiados de la polÃtica. Venà a diseñar los programas de gobierno, venà que te capacitamos, que te formamos, en una sociabilidad que replicaba la sociabilidad exclusiva de esos sectores en sus clubes y sus grupos. G25 copiaba a WTO, una asociación de presidentes de empresas jóvenes. El pasaje se dio de modo más natural. Ahora, la cuestión de la oportunidad histórica es fundamental. La idea de que por primera vez habÃa posibilidad de que un gobierno en serio, con gente seria, con cuadros preparados, con figuras reconocidas por el mundo de los negocios, incluso mundialmente, porque existen esos circuitos de consagración como el Foro de Davos donde los cuadros del PRO tenÃan cierto reconocimiento.
Bullrich cometió varios errores en la campaña de las PASO y quedó ridiculizado. Sin embargo, en el libro aparece como constructor clave del PRO y de Cambiemos.
Bullrich fue clave en Recrear en 2002/2003, fue clave en la fusión de Recrear con el PRO y enseguida se volvió un cuadro central del PRO, polÃtico y de gestión. Al mismo tiempo, fue el gran movilizador de los managers y los CEOs. G25 es una criatura suya. Es una figura muy respetada en el mundo de los negocios, quizás por su prosapia o porque tuvo su propio pequeño pasado como CEO en la frutihortÃcola San Miguel, que es bastante grande. Fue Global Leader del Foro de Davos.
Incorporó junto con Dietrich a cientos de gerentes para la función pública, que están en las segundas y terceras lÃneas del gobierno o en disponibilidad.
Sin duda. Es uno de los grandes constructores de este proyecto desde las clases altas hacia toda la sociedad. Lo que se vio en la campaña con Bullrich son las dificultades que todavÃa tiene este proyecto de pequeños sectores para hablarle a toda la sociedad. Sus traspiés y sus fallidos entre comillas dan cuenta de esos problemas que no tiene Vidal, claramente. Vidal es criatura del PRO pero es una gran polÃtica que le habla a cualquiera, a IDEA, a las mujeres de G25 pero también a los dirigentes populares de un barrio. Es la dirigente multitarget y tiene una gran capacidad para interpelar diferentes electorados.
La oportunidad histórica
¿Cómo interpreta al gobierno cuando habla de "oportunidad histórica"? ¿Sirve para interpelar a IDEA, al resto de la sociedad y para presentar incluso una generación de empresarios que se preocupan por lo social?
Poder juntar todo eso es la gran virtud que tiene Cambiemos. Unir un proyecto muy pensado por las facciones más modernizantes de las élites económicas con un proyecto social que llega a vastos sectores. Poder hablarle al mismo tiempo a las elites y a la sociedad en su conjunto es una gran novedad que me sigue generando dudas. Es la pregunta que está en el libro: ¿es posible construir un proyecto económico durable pensando desde esos intereses tan pequeños?. Cada dÃa la historia nos dice que quizás si es posible.Vamos a ver. Soy muy prudente, es muy pronto pero sin duda hay un proyecto hegemónico. De ahà a que se consolide falta un rato.
¿Pueden contemplar y avanzar con un modelo que incluya una polÃtica para los pobres?
Claro, ahà la pregunta subsiste porque en estos dos años no hubo reformas estructurales. No hubo reducción del déficit, no hubo flexibilización laboral. ¿En qué medida eso va a tener resultados regresivos que generen resistencia? Si caen los ingresos, se puede complicar porque todavÃa hay buena parte del apoyo popular a Cambiemos que es transaccional y coyuntural, no es apoyo cueste lo que cueste. Creo que son conscientes de eso y esa es la fragilidad de cualquier proyecto polÃtico en Argentina.
¿Qué puede hacer Macri con esta nueva cuota de poder?
Creo que si no hacen algunas de las reformas que se están proponiendo va a ser un fracaso polÃtico, más allá de que puedan continuar electoralmente en el poder por 6 años más. Si no hay algo de cambio en las condiciones de trabajo, si no hay algo de reducción del gasto público y ajuste en algunas áreas, si no logran reestablecer ciertos criterios de mercado en ciertas áreas, el proyecto macrista va a perder fuerza y se va a normalizar, hasta volverse una especie de neomovimientismo conservador popular. BorrarÃa su huella identitaria, perderÃa también la confianza que se está ganando en el mundo de los negocios y provocarÃa escepticismo en esos sectores que se metieron en polÃtica.
¿DirÃa que la transformación del macrismo hasta ahora fue más cultural o simbólica que concreta o material?
Hubo transformaciones materiales, muy modestas, un cambio de expectativas. Ya ningún asalariado cree que el año que viene vayan a mejorar sus ingresos. Es complicado creer que habrá mejoras en la jubilación mÃnima o en la asignación universal por encima de la inflación. Y hubo una mini apertura económica con avisos fuertes en ciertas ramas de la industria que sà están muy golpeadas. Hay señales de hacia dónde van.
Hay una especie de darwinismo económico del gobierno que dice estos sectores inviables sólo se pueden sostener un tiempo.
Exacto. Hay señales. Si uno mira las formas de apertura económica en el 76 y en los noventa fueron mucho más abruptas. Realmente. Pero sÃ, cerraron fábricas y las dejaron caer para dejar en claro que el gobierno no va a sostener ninguna industria, por ser generadora de empleo, cueste lo que cueste. El problema que veo es que el gobierno no tiene todavÃa un sujeto y se choca con el rasgo fuerte de la Argentina posindustrial. Hay pocos motores o actores económicos que empujen desde abajo. Siempre es el Estado tratando de crear o empoderar actores. ¿El agro puede ser el motor económico financiero de un despegue argentino o va a seguir en un juego pequeño y acotado pampeano? ¿Los GalperÃn van a generar condiciones para un capitalismo moderno o como ahora que viene Amazon, van a pedir protección?. No es mi fuerte, pero soy pesimista y por eso el combustible del gobierno es la deuda.
Frente al macrismo en el poder, hoy el peronismo queda en el lugar de lo viejo. ¿Qué tipo de peronismo podrÃa discutirle el poder al macrismo?
Es una pregunta muy dificil. El peronismo vive un proceso parecido al del ‘83, fue puesto otra vez en el lugar de lo viejo, como lo puso AlfonsÃn en esos años. La gran diferencia es que no tiene por ahora un sector renovador con posibilidades y que parte de lo viejo es su sector más dinámico en temas de construcción electoral. El kirchnerismo es un movimiento joven y dinámico pero hoy en dÃa parece tener lÃmites muy claros para ser la opción de recambio. Sin embargo, enfrente no hay nada. Urtubey y Massa no tienen nada y Cristina tiene el 20 por ciento a nivel nacional, es un montón de votos. Urtubey y Schiaretti además son tan parecidos a Macri como Cafiero lo era a AlfonsÃn y ahà terminó apareciendo Menem. Hay una encerrona muy compleja, hay una crisis muy fuerte en la identidad del peronismo.
¿Se le puede discutir a Cambiemos desde la polarización?
Para mÃ, sin un horizonte de futuro, no hay proyecto alternativo. No es la vuelta una solución ni como discurso ni como propuesta polÃtica. Tampoco creo que se trate de parecerse al macrismo con una propuesta macroperonista con un macrismo tan activo y capaz de absorber eso con mucha facilidad. No veo renovación en términos de figuras ni de discurso ni de propuesta polÃtica. Hasta que no se vea el germen de eso, me es muy difÃcil pensar cómo el peronismo puede ser la alternativa al macrismo en el corto plazo. Pero por ahà en un año existe otro escenario. No lo sé.
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Pareciera que todo esto surgió con el Recrear de Lopez Murphy.
¿estás seguro, Vommaro, que nunca hizo ningún trato con los peronistas previamente al 2003, o incluso en otra provincia?
Peronismo 37 años 53%
militares 22 años 31%
otros 11 años 16%
Totales 70 años 100% (Perón fué militar).
Entienden porque gano Macri????.
Hartazgo de mentiras,demagogia,populismo,uso del pobre,fábrica de pobres,corrupción.Hartazgo de nuestros políticos aprovechadores del estado,obcenidad de verlos a todos ricos.Paro pero se puede seguir.
Y eso de "La larga marcha de Cambiemos"; aflojen con el coqueteo con el populismo, no va a ser cosa que terminen siendo comunistas chinos.